
Existe una tendencia a resolver los problemas de sueño infantil con la prescripción de medicación de melatonina.
La melatonina es un inductor de sueño muy eficaz para determinados problemas de sueño, sobre todo cuando se administra la dosis correcta, en el tiempo correcto y durante un tiempo limitado. Pero, ¿es la solución a los problemas de sueño que presentan la mayoría de los peques? Probablemente no.
En 2014 se realizó un documento de consenso sobre el uso de melatonina basado en la revisión de la bibliografía existente y las recomendaciones de varios expertos en sueño. En este documento participaron las grandes entidades pediátricas, del sueño y de neurología de España. (Consenso sobre el uso de melatonina en niños y adolescentes con dificultades para iniciar el sueño)
Basándose en la Clasificación internacional de los trastornos del sueño de la American Sleep Disorders Association, se llegó a las siguientes conclusiones (de aplicación a partir de los 6 meses de edad):
Insomnio infantil (insomnio de inicio)
Es la dificultad mantenida, a pesar de la oportunidad de dormir, y en función de la edad, para iniciar o mantener el sueño o su calidad, y que provoca alteraciones funcionales en el niño y/o la familia. En casos de insomnio infantil, se persigue reducir la latencia de sueño, es decir, el tiempo que tarda en conciliar el sueño.
Conclusiones del consenso: “En niños con insomnio de inicio que reciben melatonina, la supresión del tratamiento ocasiona, al cabo de una semana, una vuelta al problema inicial en más del 90% de los casos.”
Nuestra recomendación: en niños sin condiciones médicas, el paso previo a administrar cualquier medicación para inducir el sueño debe ser poner en práctica las pautas para una buena higiene de sueño.
Síndrome de retraso de fase (SFR)
Se trata de un trastorno de sueño primario, caracterizado por un retraso mayor de 2 horas en los horarios de inicio del sueño y de despertar. En otras palabras, el ciclo sueño/vigilia se retrasa con respecto al ciclo día/noche externo. Se da mayoritariamente en niños y adolescentes, que presentan insomnio a la hora de acostarse y dificultad para despertarse por la mañana.
A pesar de la dificultad para conciliar el sueño al inicio de la noche, una vez que este comienza, es de características normales y es capaz de mantenerlo sin despertares o desvelos nocturnos.
El objetivo en estos casos es adelantar el DMLO (dim light melatonin onset), es decir, adelantar el momento en el que su cuerpo inicia la secreción nocturna de melatonina.
Las conclusiones del estudio publicado en 2010 Dose finding of melatonin for chronic idiopathic childhood sleep onset insomnia (edades comprendidas entre los 6 y los 12 años) fueron que “no se observa una relación dosis-respuesta en cuanto al inicio del sueño, la disminución de la latencia de sueño o el DLMO.” El estudio concluyó que el momento de administrar la melatonina era importante para conseguir resultados. Los efectos del tratamiento con melatonina exógena avanzó en 1 hora los parámetros SO (sleep onset, inicio del sueño) y DLMO y disminuyó la latencia del sueño en unos 35 minutos.
Conclusiones del consenso: “recomienda reevaluar el tratamiento a las 3 semanas de iniciarlo y cree necesaria la determinación previa de DLMO mediante agenda libre de sueño durante 15 días o determinación salival o urinaria.”
Nuestra recomendación: en niños sin condiciones médicas, se recomendaría acompañar un tratamiento supervisado por pediatra especializado en sueño con la práctica las pautas para una buena higiene de sueño.
Síndrome de piernas inquietas (SPI)
Es un trastorno neurológico crónico sensitivo-motor, caracterizado por la necesidad urgente de mover las piernas en reposo, apareciendo o empeorando al final del día y aliviándose con el movimiento. En este caso, los problemas de sueño aparecen como una consecuencia: dificultades para conciliar el sueño, fatiga y somnolencia durante el día o exceso de energía.
Según datos de la AEP, el 70% de los niños y adolescentes que lo padecen tienen un familiar de primer grado con el mismo problema. Si existen antecedentes familiares, los síntomas suelen aparecer antes de lo habitual.
Conclusiones del consenso: “Existen pocas referencias relativas al uso de melatonina en niños con SPI y estas muestran que no mejora significativamente la latencia del sueño.”
Nuestra recomendación: en niños sin condiciones médicas y con caso leve de SPI, se recomendaría acompañar un tratamiento supervisado por pediatra y/o especialista neuropediatra con la práctica las pautas para una buena higiene de sueño.
La medicación no es la solución en la mayoría de casos
En los casos de bebés y niños sin problemas de carácter médico, se recomienda como primer paso la realización de una agenda de sueño y medidas higiénico-dietéticas para mejorar la higiene de sueño y proporcionar unos hábitos que propicien un sueño reparador.
Solamente en los casos en que no se ha conseguido mejorar el insomnio y reducir la latencia de sueño a menos de 30 minutos tras implementar estas medidas durante un periodo de tiempo determinado, es en los que se administra tratamiento de melatonina exógena para reajustar el reloj biológico durante un tiempo no superior a 4 semanas. Nota: siempre bajo prescripción y supervisión pediátrica y evitando el uso indiscriminado y sin control.
En nuestra experiencia, la administración de melatonina en bebés sanos no mejora el descanso de los peques ya que sólo les ayudará a conciliar el sueño en el inicio de la noche pero no les ayudará a mantener ese sueño, con lo que los despertares nocturnos seguirán presentes.
Cuando trabajamos en casos de peques sanos y con la capacidad de secretar la melatonina por sí mismos a los que les han recomendado el uso de medicamentos para inducir el sueño, los retiramos para dar paso a aplicar unas pautas para la mejora de la higiene del sueño y para establecer unos hábitos de sueño que permitan un descanso saludable.
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