
Desde que un bebé nace hasta los 5 años de edad el sueño cambia muchísimo. Los estudios e investigaciones de los últimos años han mostrado que el sueño es un proceso evolutivo que tiene su inicio en la etapa prenatal. Por lo tanto, se considera que el sueño es evolutivo en la medida en que se desarrolla y cambia. Precisamente por esta razón, es crucial entender qué ocurre con el sueño del bebé cuando crece y cómo las diferentes etapas por las que pasa podrían afectar a su descanso para poder cubrir sus necesidades en todo momento.
El sueño del bebé durante los primeros meses de vida
Durante los primeros meses de vida, es cuando más cambios se perciben ya que los ritmos circadianos se van desarrollando, las fases del sueño se van organizando y se observa cómo, mes a mes, los periodos de vigilia van aumentando pasando a través de las diferentes transiciones de siestas, hasta ya que el peque ya no necesita dormir durante el día.
El primer reto lo solemos encontrar con la llegada de la regresión de sueño de los 4 meses. Es un antes y un después en el sueño del bebé. Sabemos que para los padres suele ser una época agotadora y frustrante porque, de repente, todo cambia. Más despertares nocturnos, le cuesta mucho conciliar el sueño (incluso con ayuda), episodios de llanto, irritabilidad y siestas más cortas e irregulares.
¿Cómo sobrevivir a la regresión de los 4 meses? La buena noticia es que es algo temporal y la mala es que a veces es muy duro porque el bebé tiene episodios de llanto inconsolables muy difíciles de calmar. Además, puede coincidir con la reincorporación al trabajo de mamá y papá. La realidad es que durante este periodo, el bebé necesita dormir mucho y aunque parezca imposible, se puede.
Entender lo que está pasando es un gran punto a favor. Un buen consejo que podemos darte si estás en este momento es: prioriza el sueño de tu bebé ayudándole a conciliar y a mantener el sueño y evitando que llegue a un estado de hipercansancio ayudándote de las ventanas de sueño. Por ejemplo, si tu bebé mantiene mejor el sueño durante el día en el carrito dando un paseo, es una buena opción para asegurarnos de que duerma unas buenas siestas.
El sueño del bebé a partir de los 5 meses
Después de la regresión de los 4 meses, entre los 5 y los 6 meses de edad se empieza a establecer un ritmo de sueño caracterizado por las siestas durante el día y un período más largo de sueño nocturno. En este momento siempre recomendamos empezar a estructurar el día y establecer ciertos horarios y rutinas para el momento de ir a dormir, tanto por la noche como durante el día.
A partir de los 8-10 meses, la organización y los ciclos del sueño comienzan a ser muy parecidos a los del adulto. En este momento, el bebé puede pasar por otra regresión muy ligada a un gran desarrollo cerebral y físico y la conocida ansiedad por separación
A partir de los 12 meses, los cambios madurativos son más lentos y su sueño se suele mantener más estable. Uno de los cambios más significativos relacionados con el sueño ocurre entre los 12 y los 18 meses: pasan a hacer una sola siesta y su periodo de vigilia aumenta significativamente. Es importante hacer la transición a una sola siesta en el momento en el que veamos que está preparado. La horquilla de edad para hacer la transición a una siesta es muy amplia, ya que depende mucho del peque, de su situación general de descanso y de la dinámica familiar.
Hasta los 4-5 años, los cambios en su sueño son muy graduales hasta que finalmente no necesitan dormir durante el día y se consolida un único periodo de sueño nocturno de entre 10h y 12h. La siesta suele desaparecer por completo en algún momento entre los 3 y los 4 años, dependiendo del caso, de la calidad del sueño nocturno y de la situación familiar. No hay un momento mejor o peor, solo existe el momento más adecuado para el peque. Es posible que una vez haya dejado la siesta, pueda necesitar hacer una siesta al mediodía de manera puntual.
¿Cómo puedes ayudar a tu bebé a descansar bien?
Los principales retos relacionados con el sueño a los que se enfrentan los padres durante los primeros 5 años de vida de sus peques suelen ser el aumento de despertares completos nocturnos, la resistencia a dormir las siestas (o por la noche) y el aumento de la latencia de sueño durante las regresiones o las transiciones importantes: siestas, cambio de habitación, cambio de cuna a cama…
Como ya sabes, no nos gusta hablar de regresiones ni de crisis. Son cambios que están muy relacionados con el desarrollo. Son más bien, “avances”. No es que el bebé vaya hacia atrás en su desarrollo. Todo lo contrario, es un cambio positivo en su crecimiento: empieza a girarse y darse la vuelta, se sienta, aprende a ponerse en pie, los primeros pasos y las primeras palabras…
La mejor herramienta que puedes tener para afrontar estos momentos es el conocimiento. Es lo que te va a permitir actuar con seguridad. Es importante entender los cambios por los que está pasando tu bebé, conocer las necesidades de descanso y entender cómo funciona el sueño infantil es un gran primer paso que te ayudará a estar preparada para estas situaciones. Escuchar y entender a tu peque es fundamental. Los bebés se comunican desde las primeras semanas de vida y prestar atención a sus señales te ayudará a detectar sus necesidades en cada momento.
También es clave conocer las diferentes técnicas que pueden ayudar a tu peque a dormir de una manera tranquila según su edad, tener en cuenta los elementos para mantener una buena higiene del sueño durante toda la infancia y crear hábitos que aseguren un buen descanso. En caso de estar en una situación de privación de sueño aguda (o querer evitar llegar a ella), recomendamos siempre recurrir a un especialista en sueño infantil que pueda evaluar bien la situación y proponer un plan para mejorar la calidad de sueño de tu peque.
Si necesitas ayuda para mejorar el sueño de tu peque o quieres que hagamos una valoración de vuestro caso, escríbenos. Juntos veremos cuál es la mejor manera de ayudarle a descansar mejor en el caso de que necesitéis nuestro acompañamiento.